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Mostrando entradas de mayo, 2020

Domingo 31 de mayo

Sol naciente Esta mañana he dado un largo paseo en bicicleta junto al mar. Apenas he cruzado la ronda litoral y he salido al paseo marítimo, un enorme sol naciente ha llenado mis ojos. Rojo, elevándose sobre el mar. Cautivando las miradas de corredores, viandantes y contemplativos que madrugan para atrapar esta primera hora del día. La hora mágica, la hora milagrosa. La hora en que muere la noche y el mar queda bañado de luz. No hay dos amaneceres iguales; el de hoy era perfecto. Y después, pedaleando y respirando el frescor de la mañana, he comprobado que la gente sigue saliendo. No es la multitud de los primeros días, quizás porque es domingo. Una de las pocas cosas buenas del confinamiento es que, al no haber ocio nocturno, las madrugadas son mucho más tranquilas. Puedo salir un domingo por la mañana sin encontrarme con el triste espectáculo de puñados de humanidad rota por el alcohol y la droga. Qué lástima que para evitar eso tenga que venir una epidemia y un estado de «anor

Sábado 30 de mayo

El desafío de ser feliz En estos meses de confinamiento me ha ocurrido como a muchas personas. Aprovechando que tenía más horas para estar en casa, me he apuntado a varios cursos online. ¡La actividad virtual ha sido intensa! Uno de los talleres online que seguí fue un “desafío” o challenge (esto que está tan de moda) de crecimiento personal. Quizás algunos podéis pensar qué hace una mujer como yo, a mi edad, haciendo ese tipo de cosas. Bueno, la verdad es que, aunque estoy a punto de cumplir cincuenta tacos, siento que todavía tengo mucho por caminar y que, pese a toda la experiencia acumulada que tengo, que no es poca, aún debo aprender algunas cosas. Este seminario, además de enseñarme varios conceptos interesantes, me ha ayudado a recordar qué es prioritario en mi vida y cómo organizarme mejor para dar tiempo a esas prioridades. El último día del desafío, nuestro profesor, coach o animador, nos invita a ¡compartir! No te quedes adentro lo que has aprendido. ¡Contribuye! Así

Miércoles 27 de mayo

Pide tres deseos Hace unos días, escuché por la radio los resultados de una encuesta realizada entre los ciudadanos. ¿Qué tres cosas desean más los habitantes de este país? Por este orden:  1. Ir al bar. 2. Viajar al extranjero. 3. Ir a la playa o de vacaciones. ¡Somos un país de bares! Nunca recuerdo cuántos miles o decenas de miles hay en nuestra geografía, pero lo cierto es que los necesitamos, como agua de mayo. Incluso los que casi nunca los frecuentamos. Este fin de semana abrieron los primeros... ¡Qué alegría ver las primeras terrazas, los parasoles y las mesitas en la calle! Y la gente, tomando su café, leyendo su periódico, una pareja compartiendo unas tapas, unos amigos tomando unas cervezas... ¡Teníamos hambre de bar! Y seguimos teniendo hambre de playa. Aquí en Barcelona he visto a los papás con sus niños, a mediodía, jugando a la orilla del mar sin atreverse más que a mojarse los pies... ¡Cuánta obediencia! No sé si me admira o me asusta. Porque los altavoces siguen pregon

Domingo 24 de mayo

Las primeras flores amarillas Hace unas semanas, las acacias de la vila Olímpica cambiaron sus hojas. Y ahora, tímidamente, los primeros botones de oro caen sobre el asfalto. En una semana, tendremos las arboledas cubiertas de flores amarillas, que irán cayendo, como mansa lluvia, tapizando aceras, parques y jardines. ¡Llega el verano! Ya se huele, en el aire, en el calor que, a mediodía, roza los treinta grados. En las mantas que sobran y en la luz del sol, cada día más madrugador. En el canto de los mirlos, al amanecer, a mediodía, a media tarde y siempre que les apetece. En el coro de pájaros inquietos que me despierta cada mañana. Se acerca el verano… ¡y ya podemos ir a la playa! Distanciados, eso sí. Evitando aglomeraciones, eso sí. Y sólo para tomar un poco el sol y practicar deportes. «No están permitidos los baños recreativos.» ¿Qué es eso? ¿Desde cuándo un baño de mar, un regalo para la salud, está prohibido? Ahora los necesitamos más que nunca… Luego pienso y entiendo

Sábado 23 de mayo

Entramos en la fase 1 Ya podemos salir, sin restricción horaria, pero manteniendo la distancia social y… ¡con mascarilla! Antes era opcional, recomendada en según qué lugares y ante personas de riesgo. Ahora, es obligatoria para todos. ¿Cómo entender esto? Y sí, mucha gente se la pone. En los comercios — cada vez abren más — es forzoso. Pero por la calle hay muchos que no la llevan. Creo que se va a poner de moda una nueva prenda: la mascarilla bajada, arrugada bajo la barbilla, como aquella especie de cuerno de los faraones egipcios. ¿Qué viene la poli? Me la subo. ¿Qué se alejan? Me la bajo. ¿Entro en una tienda? Arriba el embozo. ¿Salgo? Ya puedo respirar. Los aplausos en los balcones han cesado, no sé si ha sido una consigna o ha sido por cansancio, o agotamiento. Quizás alguien se dio cuenta de que era inútil seguir aplaudiendo ante el triste espectáculo de ver cómo un grupo de profesionales, desatendidos y mal equipados, se esfuerzan por cumplir con su deber. ¿No resulta u

Jueves 21 de mayo

Algunas preguntas Después de leer, contrastar, informarme y escuchar las versiones oficiales de los hechos (las que salen en TV, radios, páginas institucionales o prensa impresa), me surgen preguntas… Preguntas de no fácil respuesta, aunque nuestros gobernantes y la OMS ya hayan establecido su propio “catecismo” para que estemos seguros y no nos sintamos tentados a preguntar más. Preguntas … Aquí van unas cuantas. ¿Existen los virus de laboratorio? ¿Existen los virus patentados? ¿Es el Covid-19 un virus de la naturaleza, como afirman los medios oficiales, o un producto de la ingeniería biológica, como afirman otros reputados científicos, como Luc Montagnier, premio Nobel descubridor del VIH? ¿Por qué gobernantes de todo el mundo insisten desde hace años en que vamos a vivir grandes pandemias que afectarán a nuestra forma de vivir? (Véase Obama en 2014) ¿Por qué todas las últimas grandes epidemias de virus peligrosos han surgido en China o países de Oriente? ¿Por qué se ha

Lunes 18 de mayo

Me indigna Me indigna que los sanitarios tengan que ir a trabajar en condiciones lamentables, y nosotros aplaudamos como si fuera un espectáculo. Me indigna que hayamos celebrado el confinamiento con canciones y carteles de colores, mientras miles de personas vivían la muerte de un ser querido en soledad. Me indigna que nuestro gobierno diga que quiere proteger nuestras vidas, cuando miente descaradamente inventándose estudios y estadísticas, y ni siquiera se digna a pedir disculpas cuando se comprueba el engaño. Me indigna que nos obliguen a llevar mascarilla, cuando las “reglamentarias” filtran partículas de hasta 300 micras y el dichoso virus mide 50.   Me indigna que nos hagan comprar geles hidroalcohólicos cuando cualquier médico sensato te dirá que lo mejor es el agua y el jabón de toda la vida. Me indigna que obliguen a papás y niños a caminar separados por la calle, “distancia social”, cuando en casa comparten mesa, sofá, alfombra… y, las parejas, la cama. Me indi

Viernes 15 de mayo

Un cuento Érase una vez un rey que, después de una reñida guerra, logró ocupar el trono del reino. Como la mitad de sus vasallos no lo querían, el rey reunió a su consejo para preguntarles cómo podría lograr que todos los súbditos le amaran. El consejero militar le dijo: Señor, obligadlos por la fuerza. Si no os rinden homenaje, metedlos en la cárcel. Oh, no, replicó el consejero legal. Mejor por la ley que por la fuerza. Decretad una ley que obligue a todos los súbditos a acataros. El rey, no muy convencido, se volvió hacia el tercer consejero, el más ingenioso de todos. Este sonrió y dijo: Ni por la ley ni por la fuerza. Así sólo conseguiréis descontentos. Os propongo otra idea. Partid las piernas a la mitad de la población. Después, regalad sillas de ruedas a todos los cojos. ¡Os adorarán! Y comerán de vuestras manos.    

Miércoles 13 de mayo

El mundo después del coronavirus Ayer leí varias opiniones de conocidos intelectuales sobre una cuestión candente: ¿cómo será el mundo después del coronavirus? Me llamó la atención lo que decía Yuval Noah Harari , el historiador israelí autor de Sapiens (De animales a dioses) .  Este autor me llama la atención porque da una de cal y otra de arena; es decir, por un lado parece repetir con otras palabras la propaganda gubernamental a la que estamos acostumbrados, pero, por otro, dice cosas que suenan innovadoras y desafiantes. Según Harari, el mundo en los próximos años se debate entre cuatro tendencias. De lo que decidan los gobiernos emergerá un mundo muy diferente. Veámoslas. En cuanto a la libertad y el poder, hay dos tendencias: 1.    Ir hacia el estado vigilante y totalitario. 2.    Dar poder y libertad a la ciudadanía. En cuanto a la cooperación, también hay dos tendencias: 1.    El aislamiento y el nacionalismo. 2.    La solidaridad global. Voy a hacer un experimento

Martes 12 de mayo

¡Ahora sí! Ayer tarde me encontré con ¡tres personas amigas! Mayores, paseando con familiares o vecinas. Qué alegría verlas, aunque fuera tras una mascarilla. Qué alegría comprobar que siguen sanas, con deseos de salir, de reencontrarse. Ahora sí. Ahora sí estamos luchando contra el virus, la pandemia y la enfermedad. Ahora sí estamos venciendo. Saliendo de casa, y no quedándonos confinados en el sofá. Tomando el sol, y no metidos en un piso. Respirando aire puro o no tan puro, aire libre, aire del parque, o del paseo, o del mar. Encontrándonos con otros seres humanos. Caminando a la luz del día, y no alimentando un sedentarismo insano a la luz de las pantallas. Moviéndonos por la ciudad, y no estabulados entre cuatro paredes. Hablando y mirándonos a los ojos, y no recluidos en soledad. Aire, sol, movimiento, relación. Esto es lo que nos cura, lo que refuerza nuestro sistema inmune, lo que nos mantiene vivos y con ganas de vivir. Esta es la mejor medicina para un virus contra e

Viernes 8 de mayo

En China no es como aquí Los chinos van abriendo, poco a poco, sus negocios. Una frutería del barrio, regentada por una familia china, ayer abrió sus puertas. Fui a comprar cuatro frutas y saludé a la dueña, una mujer risueña y amable que se ha ganado el aprecio de muchos vecinos. Le pregunté cómo estaban las cosas en China. Dice que prácticamente la epidemia está controlada, «poco, queda muy poco», y comentaba también que allí las medidas son aún más duras. «En China no es como aquí», donde «podéis votar» y hacer otras cosas… Y en China, todos hacen caso, sin rechistar. Me quedó claro. Ella sonreía, sobraba decir más. Aquí, pese al estado de alarma y a la deriva sospechosamente autoritaria de nuestro gobierno, aún somos una democracia. Aún gozamos de un amplio margen de libertad, comparados con China, claro. Siempre queda la duda. ¿En China han controlado mejor la epidemia que aquí por ser más rigurosos? ¿Qué hay de los países donde, sin haber confinamiento, ha habido muchos men

Miércoles 6 de mayo

El color de la esperanza ¿Es el verde, el color de la esperanza? ¿O quizás es más oscuro de lo que creemos? Ayer me enviaron un vídeo de la Madre Verónica. Fundadora de una nueva comunidad de religiosas, esta singular priora era una joven brillante, con una carrera impecable y un futuro profesional muy prometedor. Lo tenía todo… pero en su vida había un vacío espantoso y un gran sufrimiento. Hasta que encontró el Todo que sació su sed. Dejó todo lo demás y hoy preside una comunidad de cientos de jóvenes que viven con asombrosa alegría su vida de clausura y ofrecen escucha y consejo a miles de personas. La charla de la Madre Verónica es una respuesta a los cientos de mensajes que les han llegado con motivo de la crisis del coronavirus. En ella ofrece una visión en profundidad de lo ocurrido y varias reflexiones muy valiosas. Lanza varias preguntas inquietantes. ¿Realmente era tan bueno lo que teníamos hasta ahora? ¿Hemos de volver a la normalidad de antes, o deberíamos aspirar a

Sábado 2 de mayo

¡Sal de casa! Entramos en la fase 1 del «desconfinamiento» o «desescalada», como dice el gobierno. Se permite pasear y hacer deporte, ¡en solitario!, y guardando las distancias. Así que esta mañana he salido, por primera vez en dos meses. He ido a caminar junto al mar. Esperaba ver más personas, como yo, ávidas de aire, de luz, de horizontes amplios, quizás no muchas. ¡Y me he encontrado casi una fiesta! Jamás, en los años que llevo viviendo en este barrio, había visto tantísima gente paseando, corriendo, contemplando la salida del sol, a estas horas de la mañana. Y ha brotado dentro de mí un doble júbilo: el gozo de mi cuerpo moviéndose, caminando, más consciente que nunca, sintiendo mis pies vivos sobre el asfalto, y la alegría de ver que tantas personas, todavía, después de tanto encierro, siguen vivas, despiertas, con ganas de salir. Corredores, paseantes, muchachos con sus monopatines, ciclistas e incluso parejas. Juntas, dándose de la mano. Poquísimas mascarillas.