Viernes, 26 de junio
Terminó la cuarentena
¿Qué nos depara el futuro? La «nueva normalidad» se implanta
por todo el mundo, como una especie de nueva religión que todos debemos acatar,
sí o sí. ¿No quedaron atrás los siglos de la inquisición y la fe impuesta? Esta
nueva religión tiene sus dogmas y su catecismo, que se nos va infiltrando por
todas partes y que, asombrosamente, la mayoría de ciudadanos adoptan, algunos
con reticencias, otros con resignación, y otros con devoto fervor.
Más digitalización. Más control —por nuestra seguridad, claro está—.
Mascarillas en la cara, a la espera de que lleguen las prometidas vacunas.
Vacunación universal —de cuya eficacia algunos dudan,
y cuyos riesgos otros denuncian—. Los canales de
comunicación alternativos, no comprados por el poder dominante, no dejan de
alertar. ¡Despertemos! ¡No perdamos la libertad! No todas las noticias son
ciertas… Como decía Orwell, «antes creía que los medios tergiversaban la
realidad, hoy sé que inventan lo que no ha ocurrido y ocultan lo que es
cierto». Contrastad, cuestionad, investigad. «No hay nada oculto que no salga
un día a la luz», pero hoy, hasta las cosas que saltan a la vista y que están
publicadas por todas partes, dejan de ser evidentes. No hay peor ciego que el
que no quiere ver.
Los otros medios, los que se nos meten por todas las
pantallas, en todas las prensas y por todas las radios, machacan sus eslóganes.
«El virus ha venido para quedarse…». «Cuidado con los rebrotes». No os quitéis
el miedo de encima. Una de las formas más eficaces de manipulación de las masas
es emplear sabiamente el miedo. Al final, lograrán que nos pongamos una
mascarilla en el alma.
Seamos responsables —que es otra forma de decir: seamos obedientes—; creamos lo que nos dicen —¿por qué van a mentirnos, si quieren nuestro bien?—. La inmensa mayoría de la sociedad confiamos y somos gente de buena voluntad… Qué lástima que quienes nos gobiernan, y quienes gobiernan a los que nos gobiernan, no la tengan tan buena. Pero somos así, y ellos lo saben: preferimos las mentiras bonitas a las verdades incómodas.
Comentarios
Publicar un comentario