Viernes 13 de marzo

La reina de Oriente


 Llegó de China. Circula por la Red una vieja profecía de Nostradamus vaticinando una plaga llegada de Oriente, una reina maligna que azotaría los países occidentales con la peste y las tinieblas, y cuyo estandarte sería insólitamente similar al signo con que se dibuja al coronavirus.

Coronavirus. Hay quienes dicen que es un símbolo satánico y aconsejan no pronunciar su nombre. Otros, que ha sido diseñado ex profeso para diezmar a la humanidad e implantar un gobierno global autoritario. Los blogs médicos y científicos afirman que el virus es de origen natural, y que procede de los animales. Pero nadie niega que los laboratorios juegan con los virus... con fines científicos y para obtener vacunas, dicen.

Coronavirus. Perversa palabra talismán que resuena por doquier en estos días. Esta reina va arrastrando su cola por el hemisferio norte del planeta, dejando caer algunos flecos en el sur. Cierre de fronteras, confinamientos, hospitales colapsados y un resurgimiento de aquel pánico medieval que empujaba a las gentes a huir de la peste y a zambullirse en un carpe diem libertino. Sólo que, hoy, somos más civilizados. Hoy escuchamos las noticias, obedecemos las consignas y «nos quedamos en casa», a devorar series o a caer hipnotizados sobre la pantalla del celular.

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