Martes, 24 de marzo
Viento y soledad
Marzo ventoso… Hoy sopla el viento. La cuarentena se va a prorrogar, quince días más. Ya no quiero seguir las estadísticas y las cifras. Prefiero leer, escribir, llamar a mis padres, a una persona amiga. Estar ahí, sin «estar». Estudiar. Rezar y dar gracias. Porque, cuando pienso en las personas sin hogar, ¡es una bendición tener una casa decente donde recluirte!
¿Qué ocurre con los sin techo? Los primeros días de
cuarentena, eran los únicos grupos que quedaban en las calles y nadie les decía
nada. Después llegaron las denuncias… La mayoría de los comedores sociales han
cerrado. La mayoría de los voluntarios de Cáritas son personas mayores, a
quienes se les aconseja quedarse en casa, sí o sí. Dicen que el Ayuntamiento ha
habilitado espacios, polideportivos, colegios. Pero hay almas que rehuyen el
confinamiento, voluntario o forzoso. ¿A dónde irán los trotamundos, inmunes a
los virus, pero no a la soledad? Se espabilarán, unidos en la miseria. La policía
hará la vista gorda. Quizás se refugien en playas y jardines, donde nadie va a
pasear, porque el mar y un parque bajo el sol se han vuelto lugares de riesgo.
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